INTRASCENDENCIA, EL SIGNO EN LA FENAMAC
No hay sorpresa. En la actuación de los equipos mexicanos en la XXXIX Olimpiada de Khanty Mansiysk, Siberia, queda impreso el sello de la función irrelevante e intrascendente del sonorense Raúl Hernández en la Federación Nacional de Ajedrez de México (Fenamac). Más de cinco años de tiempo perdido sin que a la fecha se le haya ocurrido, con tanto apoyo que existe para el deporte, la contratación de un entrenador. Ni presencia ni relaciones con la dirigencia del deporte nacional. Cero iniciativas. Es un escaque blanco a la izquierda del tablero.
Lo rutinario y mediocre es el signo con el que dirige la Fenamac. Ha hecho hábito que los equipos acudan sin preparación específica de conjunto y en su ejercicio no se le conoce una acción, una idea tendiente a fortalecer ni a desarrollar el ajedrez. ¿Para qué tan desmedido interés por ocupar la poltrona de la Federación? La respuesta es muy sencilla: ego y viajes turísticos en los que las altas autoridades deportivas contribuyen con su grano de arena, en primer término la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), órgano que debiera supervisar las tareas de las Federaciones, y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deportes (Conade), al pendiente general de lo que ocurra en el deporte.
¡Se debe esperar que el titular de la Fenamac dé una explicación de carácter técnico del por qué de tan pobres actuaciones de las selecciones de hombres y mujeres? ¿Presentará un informe en el que se expliqué el por qué finalizaron en los sitios 72, la de hombres, y en el 71 de la mujeres? ¿Por qué se desmoronó el conjunto de hombres después de la sexta ronda y el empate ante Islas Faroe? ¿Qué argumento moral y técnico puede ofrecer para explicar por qué nombró entrenadora de las mujeres a Hilda Acevedo, retirada del ajedrez hace 20 años?
Esta mujer que ya fue favorecida con un viaje a China en 2008 por una de las decisiones más estólidas que se recuerden en el deporte de México (lo señalamos en su oportunidad en este espacio) ¿tendría una sola reunión de entrenamiento con el equipo femenino antes de viajar a Rusia? La gran irresponsabilidad del titular de la Fenamac la convierte en un obstáculo y en un acto de deslealtad deportiva y atropello profesional para quienes están activos en el ajedrez. ¿En qué otro deporte se ve algo semejante? Es harina de otro costal que ella se pague el viaje o que sea la Federación Internacional (FIDE) la que conceda el boleto. ¿Cuántas prácticas sostuvo el equipo varonil con el maestro internacional Rafael Espinosa? ¿Alguien conoce su programa de trabajo? ¿Por qué en un viaje de tanta diferencia de horario llegan con un día de anticipación? ¿Qué, siempre se hace así? Terminemos con el espectacular marasmo con el hedor de lo rutinario y lo mediocre.
En 1990 México ocupó en Novi Sad, Yugoslavia, el sitio 14-19 con victorias sobre Cuba y España con aquel grupo en el que figuraron Marcel Sisniega, Gilberto Hernández, Rafael Espinoza, Roberto Martín del Campo, Roberto Navarro y Guil Russek. Ahora asistieron cuatro grandes maestros: Manuel León Hoyos, Juan Carlos González, José González, Gilberto Hernández y el MI Luis Ibarra Chami, con el más alto rating nacional y uno de los peores resultados.
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