MÁS DE LO MISMO: Desgraciadamente en México, y sucede con frecuencia en el mundo deportivo, nadie es responsable de los fracasos de nuestras selecciones. Todos son padres de las victorias y los éxitos, pero nadie acepta los fracasos. ¿Renunciar después de un fracaso? Si no soy estúpido.

Más de lo mismo. Carlos Vázquez Escobar. Carvaz50@hotmail.com    Naucalpan de Juárez, Edomex. Lunes 11 de octubre de 2010.

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• Logra México el lugar 72 en la Olimpiada de Ajedrez de Khanty Mansysk 2010 que terminó el 4 de octubre, y nos entrega un poco más de lo mismo respecto de su actuación en Dresden 2008, donde alcanzó el sitio 74. 

Sabemos que no estamos a la altura de los grandes y admitimos nuestra medianía. Pero, ¡caramba!, los seleccionados de cualquier deporte deben tratar de superar lo que se hizo en el pasado inmediato. Si un boxeador pierde, fracasa. Si un beisbolista es ponchado, fracasa. Si un corredor de autos no termina la carrera, fracasa. Las causas para el fracaso pueden ser muchas: que al boxeador se le acabó el gas, que el beisbolista pasa por un slump, que se quemó el motor del auto, etc, etc. Sólo queda un hecho evidente: el fracaso.

Esto le pasó a nuestra selección varonil de ajedrez que compitió en la Olimpiada, donde finalizó en el lugar número 72, después de haber sido clasificada en el número 36 del ranking mundial al inicio de la competencia. Es decir, fracasó doblemente: no conquistó un mejor lugar al de las olimpiadas anteriores y no conservó el sitio con el que la clasificaron.

Hablar de fracaso es horrible por donde quiera que se le vea, porque implica, creo yo y antes que nada, tener la humildad de aceptar el hecho tal como es. Desgraciadamente en México, y sucede con frecuencia en el mundo deportivo, nadie es responsable de los fracasos de nuestras selecciones. Todos son padres de las victorias y los éxitos, pero nadie acepta los fracasos. ¿Renunciar después de un fracaso? Si no soy estúpido.

En esta XXXIX Olimpiada de Ajedrez, Brasil (17), Cuba (23), Argentina (25), Perú (44), Uruguay (46), Chile (53) y Colombia (54), superaron a México (72) y finalizaron en el lugar que se anota entre paréntesis. Con excepción de Brasil, Cuba y Argentina, México es superior a Perú, Uruguay, Chile y Colombia, según el rating y tablero por tablero antes de iniciar la olimpiada.

 

México derrotó a Nepal, Macedonia, Singapur, IBCA e Indonesia. Empató con Islas Faroe. Cayó ante Georgia, República Checa, Alemania, Rusia 4 e Irán.

México jugó 11 encuentros. Ganó 5. Tablas 1. Perdió 5.

En la Olimpiada de Dresden (Alemania) en 2008, México terminó en el lugar 74. Jugó 11 encuentros. Ganó 5, tablas 1, perdió 5.

En 2006, en Turín (Italia), México finalizó en el 47, con 5, 2, 6.

En 2004, en Calvia (España), México finalizó en 54. José González obtuvo la medalla de bronce jugando el tercer tablero. ¡Qué orgullo para México!

Amigos ajedrecistas, nuestra realidad es triste, tristísima: mientras el ajedrez nacional baile al son que le toquen las autoridades correspondientes (burocracia, desinterés y falta de apoyo, léase $$$$$) no esperemos resultados extraordinarios. Dice el capitán del equipo, Rafael Espinosa, que “la selección mexicana no fue apoyada por CONADE” y que “los jugadores y capitanes supimos que asistiríamos a la Olimpiada 3 días antes de viajar”. Esto último es patético e irresponsable.

Este es el panorama al que se enfrentaron los cuatro grandes maestros que representaron a México en la olimpiada.

Y ante este panorama repito las palabras de Espinosa: “Es obvio que la actuación de los equipos varonil y femenil deja mucho que desear”.