LUIS IBARRA SE MANTIENE COMO LIDER DE SU GRUPO EN EL TORNEO IBEROAMERICANO DE AJEDREZ
- El joven ajedrecista mexicano protagonizó ayer la partida más emotiva de la jornada y hoy define el pase a la semifinal con el argentino Rubén Felgaer
CIUDAD DE MÉXICO. UNAM 2010.- En la partida más emotiva de la cuarta jornada del Campeonato Iberoamericano de Ajedrez que se efectúa en Ciudad Universitaria como parte de los festejos del centenario de la UNAM, el mexicano Luis Ibarra conquistó un valioso punto ante el cubano Omar Almeida, con lo que se mantiene como líder del Grupo D.
Ibarra está a un paso de la ronda de semifinales; es el único de los cuatro mexicanos que compiten con aspiraciones de conquistar el título de este certamen.
Otro de los grandes favoritos del torneo, el venezolano Eduardo Iturrizaga, de sólo 21 años de edad, venció al nicaragüense José Luis Fonseca para seguir sin derrota, con tres puntos y medio, y al frente del grupo B.
El brasileño Gilberto Milos encabeza, por su parte, el Grupo C, luego de que hoy superara a Zenón Franco, de Paraguay, con lo que suma tres puntos y medio, y también se perfila como uno de los fuertes aspirantes al título vacante, luego de las dos derrotas que sufriera el peruano Julio Granda, quien ayer obtuvo su segundo punto, al vencer al salvadoreño Gustavo Aguilar.
En el grupo A, Marc Narciso, de España, tiene también el liderato, con tres puntos.
Por lo que respecta a los mexicanos, José González firmó tablas con el español Marc Narciso, pero ya sin posibilidades de aspirar a semifinales, al igual que Juan Carlos González, pese a que dio cuenta de Manuel Larrea, de Uruguay. Finalmente, Urial Capó empató con Javier Medina, de Honduras.
Final expectante
El público siguió expectante hasta el final la partida entre Luis Ibarra y el cubano Almeida, la más prolongada del día, pero que resultó de gran emotividad. Aunque Omar Almeida, por su desventaja en piezas y posición, trató de forzar las tablas, pero al final, tuvo que rendirse y aceptar su derrota.
Ahora el mexicano espera el duelo con Rubén Felgaer, a quien no ha enfrentado anteriormente y quien constituye el rival más difícil de su grupo, además de que el argentino jugará con las piezas blancas. Ibarrra tiene medio punto de ventaja, por lo que el empate le daría el ansiado pase e incluso la posibilidad de obtener el título de Gran Maestro, a sus escasos 20 años de edad.
Al término de su juego, Luis Ibarra dijo que se siente en gran forma, que ha jugado con confianza y a la ofensiva, lo que hasta el momento le ha resultado, aunque reconoció que le gustaría enfrentar a Felgaer con las piezas blancas.
Eduardo Iturrizaga, disputó la final en el Iberoamericano pasado contra Julio Granda, con quien perdió en desempate. El joven salvadoreño elogió la organización y nivel del torneo.
Además, dijo que antes de este certamen realizó una gira de ocho meses por Europa, donde jugó torneos en Rusia, España y Francia.
Por otra parte, en el Grupo A, Jorge Baules (Panamá) venció a Alberto Santos (Ecuador) y Julio Granda (Perú) superó a Gustavo Aguilar (El Salvador).
En el B, además del triunfo de Iturrizaga sobre José Luis Fonseca y del mexicano Juan Carlos González sobre Manuel Larrea (Uruguay); Paulo Dias, de Portugal, empató con Emilio Córdova, de Perú.
En el C, Iván Morovic, de Chile, se impuso a Adán Mazara (República Dominicana) y Gilberto Milos (Brasil) a Zenón Franco (Paraguay), mientras que Bernal González ( Costa Rica) superó a Wilson Lorenzana (Guatemala).
En cuanto al Grupo D, los triunfos citados de Luis Ibarra y Rubén Felgaer (Argentina), sobre Omar Almeida (Cuba) y Raúl Vázquez (Puerto Rico), respectivamente, así como las tablas de Uriel Capó (México) y Javier Medina (Honduras).
Este miércoles se realiza la quinta y última jornada de la fase eliminatoria, en la que se definirán a los cuatro semifinalistas del torneo.
MANUEL LEÓN HOYOS, EL MEJOR AJEDRECISTA DE MÉXICO EN LA UNAM
- El joven de 21 años formará parte del Cuadrangular de Élite, que se realiza en el marco de la Primera Gran Fiesta Internacional de Ajedrez en la UNAM 2010
- En el concurso participará el jugador número dos del mundo Veselin Topalov, así como Vassily Ivanchuk y Judit Polgar
De Manuel León Hoyos se pueden decir muchas cosas, que a sus 21 años habla con fluidez italiano e inglés —y espera pronto hacer lo mismo con el ruso—, que mientras la mayoría de sus amigos de su natal Mérida gastan las tardes en algún café de la avenida Montejo, él pasa la mayor parte de su tiempo en Europa, muy lejos de casa, o que quienes lo han enfrentado en un tablero de ajedrez han llegado a decir, con frustración, “nadie tan joven tiene derecho a jugar tan bien”.
De hecho, Manuel es considerado el mejor ajedrecista de México, título que lo hizo merecedor a un lugar para participar en el Torneo Cuadrangular Élite, que además contará con la participación de personajes como el búlgaro Veselin Topalov, el ucraniano Vassily Ivanchuk y la húngara Judit Polgar, jugadores que, en las listas mundiales, usualmente figuran entre los 10 más altos.
El cuadrangular es una de las actividades más esperadas de la Primera Gran Fiesta Internacional de Ajedrez UNAM 2010: no sólo permitirá al público ver en acción a “los cuatro fantásticos” (como ya le empieza a decir a este grupo la comunidad universitaria), sino presenciar una de las modalidades más vertiginosas e intensas que hay en esta disciplina, el “mano a mano”.
“A mí me tocará jugar, de entrada, con Topalov, una misión que no se antoja fácil, ya que estamos hablando del número dos del mundo; sin embargo, llevo meses preparándome para ello”, comenta el joven que, a últimas fechas, ha dedicado el total de su tiempo a estudiar las estrategias del búlgaro, diseñar ataques, defensas, analizar las partidas que se dan en todo el mundo en busca de ideas, e incluso a correr y hacer trabajo de gimnasio con más empeño.
“Puede sonar raro, pero la preparación física es esencial para quienes nos dedicamos a esto de manera profesional, pues un torneo puede ser igual o más desgastante incluso que un maratón. Imagínate que tan sólo una partida puede durar seis horas, y esto se puede prolongar por más de una semana. Aquí es verdad eso de ‘mente sana en cuerpo sano’”.
- El sueño de un Gran Maestro, enfrentar a su maestro
Por ahora, León Hoyos tiene toda su artillería enfocada en el encuentro que sostendrá este viernes contra Veselin Topalov, pero el que en este cuadrangular participe Vassily Ivanchuk, le provoca sentimientos encontrados.
“A pocas personas admiro tanto como a Ivanchuk por su creatividad y combatividad a la hora de jugar, y por la inteligencia que ha tenido para saberse mantener durante décadas en los listados de los mejores del mundo. De hecho, a últimas fechas él ha sido mi maestro y juntos nos hemos dedicado a analizar miles de partidas, pero pese a nuestra estrecha colaboración, nunca nos hemos encontrado frente en un tablero”.
Manuel ignora qué pasará y si este encuentro será posible, “pero espero que así sea, pues sería señal de que avanzo en el cuadrangular; sin embargo, no me puedo dar el lujo de fantasear al respecto, ahora debo concentrar todas mis baterías en Topalov”.
Aperturas, defensas y gambitos, el chico meridense ha comenzado a visualizar todas las variantes que se le podrían presentar en la batalla que entablará contra el búlgaro. “Aunque se trata de una persona muy contundente y agresiva, sé que mi mejor arma es la imaginación”.
Muchos creerían que por tratarse de un juego milenario y de tan larga tradición, todo está dicho en lo que se refiere al ajedrez, “pero no es así, en realidad, estamos ante un campo poco explorado, y eso me da mucho espacio para proponer, crear e intentar presentar cosas nunca antes vistas, aunque no puedo dar a conocer mucho ahorita, porque sería casi como revelar mis secretos antes de batirme en duelo”.
- Un talento natural
Manuel aprendió a jugar ajedrez casi a la par de aprender a leer. “Fue a los siete años cuando me llevaron a un club deportivo para tomar un curso de verano y, como parte de las actividades, me pusieron frente a un tablero. Muy rápido sentí que el movimiento de las piezas me era algo natural y, al siguiente año, ya estaba ganando un subcampeonato”. Aunque le gustaba el futbol y lo practicaba con asiduidad, muy pronto vio que lo suyo era el movimiento de los peones y no el de los balones. “A los nueve años ya era un competidor internacional y viajaba de aquí para allá para participar en encuentros panamericanos y mundiales, y esta ha sido la tónica que he seguido hasta el día de hoy”.
Sin embargo, para obtener unas cosas hay que renunciar a otras, explica el joven. “Yo, por ejemplo, debí dejar familia, amigos, escuela e incluso la posibilidad de estudiar una carrera en este momento, pues si quiero destacar como jugador, México no es el lugar adecuado”.
Falta de espacios para practicar su disciplina, escasos torneos y nula representatividad mundial son sólo algunos de los obstáculos evidentes para aquellos que quieren hacer del ajedrez una forma de vida.
“Hace un año decidí irme a vivir a Italia y probar suerte en los concursos europeos, y eso ha redituado en que mi rating ha subido como nunca. Por eso, me parece sumamente importante lo que está haciendo laUNAM al traer al país este tipo de torneos”.
Manuel, quien a los 18 años obtuvo el título de Gran Maestro, dice que espera que iniciativas como la lanzada por la Universidad abran campo para el ajedrez en México, pues aunque siempre le ha gustado viajar, “me gustaría presenciar que dentro de poco nuestro país se sume a aquellos que no sólo tienen gran tradición ajedrecística, sino que la impulsan. Cuando vea eso, pocos estarán tan contentos como yo, porque sabré que ha llegado el momento de volver a casa”.
KARPOV Y KASPAROV, UNA RIVALIDAD LEGENDARIA
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Los ajedrecistas se han enfrentado por más de 25 años
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Ambos participarán en la Primera Gran Fiesta Internacional de Ajedrez UNAM 2010
Una de las rivalidades más comentadas en las últimas décadas es la de los ajedrecistas Anatoly Karpov y Garry Kasparov. Ambos son considerados dos de los más grandes jugadores de todos los tiempos, pero también dos de las personalidades más antagónicas que han chocado jamás en un tablero.
Se dice que Karpov es frío al jugar, analítico, preciso y que gusta de destruir, poco a poco, las defensas de su enemigo (“toda una boa constrictora”, dijo uno de sus oponentes alguna ocasión); mientras que Kasparov echa mano de técnicas incendiarias, agresivas y confía con más frecuencia en la intuición que en el cálculo sereno.
Ya en 1975, cuando Karpov tenía apenas 23, había un niño de 11 que comenzó a llamar la atención por su manera de jugar. Se trataba de Kasparov, un pequeño en el que se depositaron tantas expectativas, que en el periódico inglés The Guardian, Leonard Barden escribió que la única persona capaz de hacerle frente a Bobby Fischer, en un futuro próximo, era Karpov, y la única persona capaz de opacar a Karpov era el pequeño Kasparov, “claro, sólo hay que dejarlo madurar un poco”.
Este encuentro, que los especialistas ya esperaban a mediados de los años 70, se dio finalmente en 1984, cuando ambos contendieron por el Campeonato Mundial.
Las expectativas fueron tantas que muchos auguraban que la experiencia de Karpov se iba a imponer, mientras que otros, decían que los bríos de Kasparov eran la clave del triunfo.
Los filósofos dedicados a la lógica suelen plantear la siguiente paradoja, “¿qué pasaría si una fuerza irresistible choca contra una fuerza inamovible?”. En aquel año, antes del primer encuentro entre el sólido Karpov y el vertiginoso Kasparov, miles de entusiastas del ajedrez se preguntaron exactamente lo mismo, y el resultado sorprendió a todos.
De 1984 a 1990, estos dos hombres disputaron 144 partidos, y aunque a la larga Kasparov se quedaría con el título de campeón del mundo, quienes saben de este juego tuvieron que conceder que ninguno pudo demostrar superioridad sobre el otro, “y los números son elocuentes; en ese lapso Kasparov apenas ganó 21 juegos y Karpov 19, mientras que empataron en 104 ocasiones. Básicamente se trató de dos fuerzas colosales que se anularon mutuamente”.
Esta enemistad en los tableros trascendió a lo personal, pues era de todos sabido que ambos personajes no se llevaban bien, y que sus formas antagónicas de ser los condujo a tener tales diferencias que Karpov fue considerado el jugador favorito del Kremlin, mientras que Kasparov se volvió una suerte de rebelde en la URSS.
En esta ocasión, ambos personajes visitarán la UNAM , como parte de la Primera Gran Fiesta Internacional del Ajedrez, para enfrentarse a personajes de la vida cultural, política y artística mexicana, y estudiantes universitarios. No obstante, aquellos que esperan que estos hombres midan fuerzas nuevamente frente al tablero, quedarán decepcionados.
Sin embargo, eso no impide que ambos personajes coincidan de otra manera, una más enriquecedora para quienes tiene la suerte de estar junto a ellos, porque a decir de los expertos, fuera de su estilo de jugar, lo único que hacen mejor cuando están juntos es analizar las partidas de otros.
The New York Times hace poco reseñó una anécdota que refleja la complicada relación que llevan estos maestros.
En un torneo, súbitamente los ajedrecistas se separaron de la multitud, buscaron un lugar tranquilo y comenzaron a charlar. De vuelta, los periodistas le preguntaron a Kasparov que por qué si ellos no eran amigos y discrepaban tanto, habían pasado tanto tiempo a solas, a lo que el maestro respondió: “Porque tratándose de ajedrez, sólo él tiene la capacidad de entender y ver lo mismo que yo entiendo y veo”
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